Unos zapatos atados entre sí mismos por los cordones. Seguridad sobre seguridad, refuerzo visual contundente.
(fotografías de Chema Madoz, Visítalo en: http://www.chemamadoz.com)
Un objeto nace para tener una utilidad para el usuario, ese es su sentido.
Y un objeto se diseña para provocar una necesidad en el usuario. Los zapatos se atan, a un pie. Atarlos entre sí mismos o a la pata de la cama carece de la utilidad y sentido para los que fueron concebidos.
Uno puede ir en zapatillas de casa, en botas de agua o en sandalias. Pero ese calzado no sujeta, no aprieta, no ofrece la seguridad de no perderse si se da una patada al aire. Si vemos unos zapatos aferrados el uno al otro, atados de manera contundente por unos cordones ¿qué pensamos?. Pensamos en seguridad, pensamos en protección, reforzamos mentalmente el origen de porqué se han creado así y el porqué se ha necesitado añadir unas cuerdas. Este vínculo mental es invisible, no perceptible pero transfiere de manera fortalecida la reciprocidad necesaria para saber que zapato con cordones significa pie seguro.
De la misma manera los diseños también tienen un vínculo mental férreo, una metáfora a la que agarrarse y compactarse.
Cuando se consigue encontrar con creatividad la metáfora que refuerza la idea se concibe el objeto y su uso adecuado, se forma un concepto, se diseña bien.