Una balanza sostiene en sus dos platillos una cereza. Para que todo el conjunto esté equilibrado la cereza ha de repartir sus fuerzas y su contenido.
(fotografías de Chema Madoz, Visítalo en: http://www.chemamadoz.com)
El equilibrio y la justicia sólo se consiguen cuando se dan la mano y se miran de frente dos partes que forman un todo.
Esta representación visual deja bien claro de qué manera se obtiene la coherencia compositiva y la rectitud estética. En diseño ha de haber una idea fuerte que sostenga a ambos lados de la balanza la coherencia compositiva y la rectitud estética. Ambos valores forman un todo más sólido, porque tienen menos entidad el uno sin el otro, pero se distribuyen de manera tan generosa que logran un equlibrio y una fuerza visual original y distinta.
Existen negocios y personas que potencian la competitividad aislando fuerzas y provocando que no haya un todo unido. Son extremos de balanza compitiendo siempre por estar a una misma altura. Creen que de esa manera exprimirán la esencia más creativa y escondida del diseñador. Pero eso no es nada inteligente y de resultados nefastos. Un diseño aislado, es un diseño pobre de miras, porque no tiene esperanzas de ser ni admirado ni compartido.
La unión de los iguales forma excelentes resultados simplemente porque cada parte aporta lo que le falta a la otra para ser un todo y viceversa. Sólo así, con generosidad de miras, se obtienen los éxitos tan esperados.