Una escalera, apoyada en un espejo se completa y se vuelve más estable. El reflejo simula el trozo que le falta y añade lo que no existe.
(fotografías de Chema Madoz, Visítalo en: http://www.chemamadoz.com)
Las apariencias que más perduran son las que reflejan una realidad que no podría existir nunca.
Eso sucede también en el ámbito creativo. Un diseño no cobra identidad hasta que no recibe feedback. Si nos limitamos a creer que lo creado es bueno simplemente porqué fue creado por alguien a quien estimamos personalmente, estaremos cayendo en el autoabastecimiento de la vanidad personal. Por el contrario si nos limitamos a creer que lo creado es mediocre o malo, simplemente porque fue creado por quién no goza de nuestro aprecio, estaremos cayendo igualmente en la superficialidad de las emociones y dejándonos llevar por el gusto personal. Sólo se crece impulsando y sólo se crea proyectando. El resto... escaleras inestables por sí mismas, han de apoyarse siempre en algo más sólido para parecer más grandes, pero no lo son. Nadie podría bajar por su otro lado.
El buen diseño se empequeñece con la vanidad de la soledad y se hace grande con la humildad de los acuerdos.
No hay que desesperar, toda apariencia se acaba descubriendo, se hace cada vez más visible, hasta que son tan evidentes sus cómodos apoyos, que se comprende la verdad. Todo era un espejismo.
No hay que desesperar, toda apariencia se acaba descubriendo, se hace cada vez más visible, hasta que son tan evidentes sus cómodos apoyos, que se comprende la verdad. Todo era un espejismo.
