Varias gotas de agua dispersas confieren formas imprecisas. Unas cuantas gotas unidas de manera planificada, conforman un todo, la pieza de puzzle central que da sentido a toda la composición.
(fotografías de Chema Madoz, Visítalo en: http://www.chemamadoz.com)
Una pieza vital para entender el puzzle no es nada por sí sola, ha de pertenecer a una colectividad para cobrar verdadero sentido.
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Con el trabajo en equipo sucede lo mismo. El secreto para mezclar bien unas simples gotas de agua y lograr un resultado que se comprenda, es seleccionar bien a las gotas (personas) que componen el equipo creativo. Unas personas seleccionadas al azar, dejadas caer al momento, ante una imposición o a ante un interés mal medido, formarán gotas sin forma precisa, dispersas, mal ubicadas, sin sentido. Sólo cuando se tiene claro el dibujo que se desea conseguir, el perfil, el desarrollo y la función de cada miembro del equipo, es cuando cada gota se vuelve importante en su forma justa, sin desbordamientos ni escaseces, exactamente cumpliendo la función encomendada para participar de un todo.
El trabajo en equipo se forma con pequeñas gotas, ninguna es más importante que otra. Cuando una sola gota se considera más importante y vital que otra, se aisla sin darse cuenta, pierde su forma y función, en el trabajo en equipo, para el resto de las gotas solo es agua, fácilmente diluible y carente de sentido.
El trabajo en equipo se forma con pequeñas gotas, ninguna es más importante que otra. Cuando una sola gota se considera más importante y vital que otra, se aisla sin darse cuenta, pierde su forma y función, en el trabajo en equipo, para el resto de las gotas solo es agua, fácilmente diluible y carente de sentido.