Un cubo, forma 3D, sobresale en medio de un tablero plano con cuadrados a dos colores. El brillo, el metalizado es lo destacado del elemento, lo primero en ser visto.
Siendo semejante a todos se puede llegar a ser mucho más y eso es lo que importa.
Cuando se trata de destacar por encima de todo lo demás lo importante no es hacerse diferente sino diferenciarse. No es lo mismo. Lo primero atiende a las formas lo segundo al contenido. Muchos diseñadores piensan que la modificación de la forma marcará la diferencia. Y lo hace, pero de manera temporal y poco perdurable, los humanos dejamos fácilmente de impresionarnos con lo ya conocido.
Y atención a un último rasgo. No sólo ha de hacerse un diseño elevado, también ha de posicionarse bien para que se aprecie su altura. El resto, intentos del no ser, inutilidades gráficas.